jueves, 13 de noviembre de 2008

AUTOBIOGRAFIA

La vida es un simple transcurrir en el tiempo y en el espacio, por lo tanto debemos aprovechar cada instante como si fuera uno de los últimos. Eso era lo que pensaba aquella mujer cada día que se levantaba y se daba cuenta que aun seguía viva. Recordaba momentos en los cuales recibió regalos maravillosos que la llevaron a ser lo que hoy vamos a conocer.
Cierto día en medio de sus preocupaciones y ocupaciones, se detuvo y empezó a revisar cada una de las cosas que componían su vida. Recordó aquella bella escuela que bailaba en la punta de una montaña, en la cual paso sus primeros años de vida y donde descubrió lo bello que puede ser el mundo y lo incomprendido que es.
De pronto llego a su memoria el recuerdo de su primera maestra que le quitaba la tiza previendo que acabara con ella, no porque la usara para escribir, sino que la disfrutaba como si fuera una deliciosa golosina. Entonces, se da cuenta que aquella persona que le enseño a leer y a escribir las primeras letras siempre ha estado allí, guiando el camino que hoy continua recorriendo.
Cierto día ocurre algo inesperado que cambia el rumbo de su vida por completo, sucedió lo que suele ocurrir en este país todos los días. Sin saber el porque y sin derecho a preguntar tuvo que salir de manera rápida, acompañada de su familia y de una bella noche llena de estrellas y de esperanza.
Aquel episodio le permitió comprender que solo había una salida para sobrellevar toda situación que causara dolor y deformara la concepción de mundo que se tenía. Esta salida era enfrentar el mundo que se abría paso a su alrededor, conocer todo aquello que hasta el momento era completamente desconocido para ella.
Entonces empezó la dura tarea. Paso por el colegio, como todos los hacen, pero había en ella algo diferente y era que deseaba inmensamente ser portadora de conocimiento para regalárselo a todo aquel que quisiera recibirlo. Y que mejor lugar para adquirirlo que la Universidad, entonces busco la forma para estar allí, toco sus puertas y estas se abrieron de tal forma que entro y se quedó.
Fue uno de sus mejores momentos, porque allí encontró muchas respuestas a las preguntas que llevaban mucho tiempo colgadas en su ropero. Como cosas del destino se volvió a encontrar con aquellas letras que su maestra le había enseñado y como las quería y las valoraba continuo por ese camino.

En este recorrido conoció cosas que jamás había imaginado, que le mostraron lo bella que puede ser la vida cuando la aprovechamos y tomamos cada situación como algo que nos sirve para crecer.
Eso fue lo que aprendió compartiendo noches enteras con Martí, Borges, Neruda… quienes le enseñaron lo grande que puede ser el mundo cuando lo miramos desde diferentes perspectivas.
En este ir y venir, se dio cuenta que su profesión era lo mas hermoso que había construido en esos años que había pasado en la Universidad; a pesar de que su maestra le repetía cada día que esa era la profesión mas difícil que había entre todas, porque en las manos de los alfareros del conocimiento no había solamente un individuo sino toda una sociedad.
Pero a pesar de esto ella continúo con su proyecto. Hoy su vida gira alrededor de risas, llantos, abrazos y preguntas que continuamente hacen sus estudiantes. Por eso, asiste de nuevo a la Universidad, porque comprendió que la mejor manera de lograr lo que se sueña es por medio del conocimiento, aquel que se recibe, se da y se construye.

De pronto, tocan la puerta de su habitación, sus pensamientos quedan divagando en el tiempo y en el espacio. Entra una hermosa mujer, ella no sabe como llamarla si Madre o Maestra.

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